Hoy, por primera vez, he dejado al egoísmo ganar para pensar en mi antes que en nadie. Me he dejado llevar por el amor propio y el respeto y he llegado así a la conclusión de que quien de verdad te quiere, todo el tiempo a tu lado se le hace corto, todas las miradas, sonrisas, abrazos y besos que te dedica, se le hace poco.
Quien de verdad te quiere no tiene ni tiempo ni ganas de discusiones porque sabe que la vida son dos días y no estamos para malgastarlos.
Quien de verdad te quiere prende en una hoguera todo su orgullo, rabia y maleza y da todo lo que puede para hacerte feliz cada segundo.
Quien de verdad te quiere se sincera contigo y su propia persona, pues sabe que si no lo hace.. te hiere y se hiere.
Quien de verdad te quiere no espera que tú hagas algo para responderlo, sino que actúa de forma espontánea porque el corazón se lo pide.
Quien de verdad te quiere sabe cuando estás mal incluso a través de un simple mensaje.
Pero lo que realmente caracteriza a todas esas personas que de verdad te quieren, es eso, que te quieren y por eso te lo van a decir de frente, directo a los ojos para que con la mirada puedas entender que sus palabras van llenas de sinceridad. Y puede que no te lo diga a diario, pues es algo que como humanos nos lo retraemos continuamente, pero bastará la sinceridad de su mirada para saber que ese "te quiero" va cargado de millones de te quieros más.
Por eso, vamos a dejar a egoísmo propio entrar de vez en cuando en nuestras vidas, para querernos cada día un poquito más y dar portazo a aquello que no viene a hacernos felices.
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