Mírame y dime si ves en mi la misma de ayer. ¿Verdad que no?
Hoy mis ojos brillan, mi mirada está resplandeciente, mi boca vuelve a sonreír, mis mejillas están sonrojadas y en ellas se marcan mi peculiares hoyitos.
Ahora... dime quién sino TÚ es el culpable de ello...
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